lunes, 18 de octubre de 2021

Los actos deberían traer subtítulos

 Siempre que ocurre algo por primera vez lo grabamos en nuestra memoria, o al menos a mí me pasa. Recuerdo perfectamente el primer día de trabajo, el primer día en la universidad, el primer baño de mis hijos, mi primer cómic...

Ultimamente le he dado vueltas a los besos, seguramente porque echo de menos esa complicidad, el deseo, la necesidad del otro... Recuerdo perfectamente mi primer beso, con 14 años de un chico algo mayor, que descubrí al día siguiente que tenia novia. Recuerdo la sensación de presión sobre los labios, como un hormigueo, incluso unas horas después, cuando cada uno estaba en su respectiva casa. 

Recuerdo el primer beso del padre de mis hijos (tuvieron que pasar varios años para que alguien volviera a querer besarme). El lugar, el clima, las palabras que ambos dijimos... y la bronca monumental de mi madre por llegar tarde a casa. 

Recuerdo los primeros besos del noviazgo, pasionales e interminables. Y recuerdo que fueron desapareciendo.

Hubo algunos besos más, me sobran dedos en la mano. Hubo cicatrices que se han grabado a fuego en mi memoria y se reproducen como si se tratase de un cinemascope infantil. Un ascensor. Un coche robado...

Puedo recordar esos momentos, como si los estuviera viviendo, pero no puedo recordar el último. Debería haber aparecido un cartel gigante en el cielo, o las voces que oigo en mi cabeza deberían haberlo anunciado a gritos... Este será tu último beso, tu ultimo abrazo, la última vez que alguien te hará sentir deseada... Lo habría disfrutado de otra manera, lo habría grabado en mi memoria, me habría aferrado a ello para poder vivirlo en mi imaginación como hago con los pasados. 

No creo que haya más besos para mí, tampoco creo que los quiera si no es en las mismas circunstancias o al menos con la misma persona y el mismo deseo.

Pero no es solo es amor carnal, no recuerdo el último abrazo a mi madre en la que ella fuese consciente de quien era yo. Tampoco recuerdo la ultima conversación con mi padre, en la que él no estuviera delirando por la morfina, el cancer, la fiebre o la deshidratación. Si supieras que cada experiencia fuese la última, seguramente lo viviríamos de otra forma.


Llevo tiempo sin escribir, posiblemente porque estoy muy orgullosa de mi ultima entrada y no me veía capaz de crear nada que estuviera a la altura. También es porque no me encuentro demasiado bien, anímicamente hablando. Ha sido mi cumpleaños (odio cumplir) y otras celebraciones importantes, que no no fueron celebradas porque no tiene sentido festejar según que cosas. Aguando en pie, me sigo levantando todas las mañanas e intento no canalizar mi frustración

Hay momento en los que me siento tremendamente sola, por ejemplo, estuvimos en el parque de atracciones los chicos y yo, ya estaba todo decorado para Halloween y eran varios los pasajes del terror que habían habilitado por todas partes. Me encantan esas cosas, pero a mis hijos no, ademas de no contar todos con la edad apropiada para esas cosas; así que mientras ellos montaban en otras cosas yo fui visitando uno por uno todos los pasajes, el resto de los visitantes iban en parejas o en grupos grandes, solo yo iba sola, nadie me agarraba la mano si me asustaba, nadie me confortaba. Debía ser divertido, pero en su lugar era deprimente, era un reflejo de mi dia a día. 

Cuando ya solo quedaba un pasaje por visitar mi pequeño buenitonto dijo "me da mucho miedo, pero pasare contigo. Es importante para ti". Estuve a punto de no entrar, pero le vi tan decidido, que agarre su mano y entramos a presenciar un espectáculo solo para nosotros dos. Al ver su cara de miedo, los actores fueron descubriendose, retirando la mascara para mostrar sus rostros maquillados. 

Puede que lo pasará mal al verme sola, pero el comportamiento de mi hijo y de esas personas que no nos conocían de nada me hicieron sentirme un poco más vinculada con la humanidad. Tal vez aun haya esperanza. 

Hoy en el día de las escritoras, no podía dejar de aportar mi granito 

Pase lo que pase, mañana será otro día, mañana será mejor. No olviden soñar bonito (que no nos quiten también eso)